Este año no he sido buena, tampoco he sido la mejor. No he sido mala, ni la peor.
Este año he sido ... lo que me ha dado la gana y lo que no también.
Este año también puede convertirse en el mejor hasta el momento.
Este año he podido aprender que todo puede llegar, que una ausencia no es para siempre y algunos presentes, dejan de serlo.
De una amistad he aprendido que la mejor es la de la infancia y que si se va, fijo que vuelve y con valiosas lecciones.
También me he fijado en que mi padre es la mejor persona que existe y que a veces soy tan guerrera como mi madre.
Y aunque haya tardado mucho, he conseguido decir que NO. Que no tengo que hacer las cosas por obligación, que no se puede tener contento a todo el mundo y que primero hay que tenerse contento a sí mismo.
Me he dado cuenta de que un viaje no tiene que ser necesariamente largo para que sea mejor, que un viaje de dos días a donde más te gusta puede ser mejor que cualquier otro.
Este año otra de las cosas que he conseguido aprender, es que los estudios son verdaderamente importantes y que quiero trabajar.
Me he dado cuenta que si quiero mucho hacer algo y sé que lo voy a disfrutar, el 38 de fiebre y la fatiga no me impiden ir a donde sea.
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